Fundamentos de la perdida de peso. Parte VI. De los michelines..., ¿a donde?
En la parte V aprendimos como llegaban las calorías de la boca a los michelines, en esta parte, aprenderemos de que manera sacamos la grasa acumulada de los michelines, y algunos problemas que podemos encontrarnos por el camino.
3.2 Y de los michelines…. ¿A dónde?
La grasa corporal, para perderse definitivamente, tiene que ser:
1º Movilizada: Los triglicéridos tienen que ser liberados por el adipocito como primer paso. Normalmente el adipocito libera pequeñas cantidades de triglicéridos de forma constante en caso de que el cuerpo los necesite rápidamente, pero si no estamos en un estado de déficit calórico, se terminarán reabsorbiendo antes de ser quemados. En una situación de déficit energético (normalmente señalizada por una ausencia de niveles elevados de insulina, pero también otras hormonas), el adipocito liberará trigliceridos adicionales para cubrir las necesidades energéticas del organismo. En situaciones en las que las necesidades energéticas son muy elevadas, como cuando hacemos ejercicio, el cuerpo liberará hormonas adicionales para poder movilizar aún más triglicéridos.
2º Transportada a las células que necesitan energía. La sangre debe llegar correctamente al adipocito para captar los triglicéridos liberados por el adipocito, y transportarlos a las células.
3ºOxidadas: Una vez llegan a la célula, si no hay niveles elevados de glucosa o insulina, el triglicérido entrará en la célula para ser oxidada en la mitocondria. Una vez “quemada” por la mitocondria, solo quedarán de ella moléculas de carbono oxidadas, que serán parte del CO2 que exhalamos.
·¿Dónde está el problema?
A la hora de perder grasa, normalmente aparecen problemas en los puntos 1 y 3, la movilización y la oxidación. La movilización no se llegará a producir si estamos en un estado constante de superávit energético.
La oxidación también puede verse perturbada por un estado constante de superávit energético, ya que las células de nuestro cuerpo dan prioridad a la oxidación de glucosa (que es un proceso metabólicamente mucho más eficiente), si los niveles de glucosa e insulina están elevados, la oxidación de la grasa no se llegará a producir y terminará volviendo a acumularse en otra parte, o peor aún, se quedará en la circulación sanguínea contribuyendo poco a poco a la formación de placa arterial.
Otro problema que puede aparecer en la oxidación, es que la célula no sea capaz de utilizar triglicéridos para producir energía al ritmo necesario. Como decíamos anteriormente, la glucosa es el combustible preferido por el organismo por su facilidad de metabolización. La grasa requiere de más pasos y enzimas específicas para su utilización, y muchas veces, en personas que están en un estado perpetuo de superávit energético (y que habrán desarrollado sobrepeso como consecuencia), el cuerpo deja de producir esas enzimas y se “olvida” de cómo perder grasa, reflejando una pérdida de flexibilidad metabólica.
Un individuo sano, debería ser capaz de cambiar y ajustar rápidamente su consumo de glucosa y triglicéridos atendiendo a la disponibilidad de esos sustratos. Quemando y absorbiendo glucosa cuando esta elevada tras una comida, y pasando a oxidar grasa cuando no este recibiendo glucosa de una comida cercana.
La falta de flexibilidad metabólica, es una de las causas de que a veces algunas personas lo pasen excesivamente mal al empezar una dieta de pérdida de peso al sufrir grandes fluctuaciones en sus niveles de energía y ataques de hambre como consecuencia. Es un proceso que se resolverá en las primeras semanas de un déficit calórico prolongado, y que puede facilitarse mediante un incremento de los niveles de actividad física y determinadas estrategias nutricionales (hablaremos de algunas de ellas más adelante). Si estas empezando una dieta y estas sintiendo estos síntomas, no te preocupes, no quiere decir que no vayas a perder peso, solo tendrás que hacer un esfuerzo adicional las primeras semanas, y además, una vez recuperes tu flexibilidad metabólica, te encontrarás mucho mejor a lo largo del día al poder regular adecuadamente tus niveles de energía.
Hay varias formas de mejorar tu flexibilidad metabólica, la más sencilla y que deberías estar ya haciendo, es haciendo ejercicio de forma regular, preferiblemente una combinación de ejercicio de alta intensidad y otras modalidades de mayor duración. Otras formas más complicadas involucran manipulaciones nutricionales o hacer ejercicio en determinados estados fisiológicos. En cualquier caso es un problema que empezará a resolverse si persistes en tu deficit calórico durante unas semanas.
La movilización , normalmente solo es un problema para personas con porcentajes de grasa bajos, que quieren alcanzar niveles aún más bajos, afectando sobretodo a esas zonas difíciles (abdomen bajo y zona lumbar en hombres, y caderas y glúteos en mujeres ). Dedicaremos un artículo entero al problema de la grasa difícil y formas de combatir el problema. Si eres un hombre, con un porcentaje de grasa mayor al 12%, o una mujer con más de 21%, no tienes que preocuparte de este punto.











