El dolor. Parte III. Terapias pasivas
¿Qué hay de la terapia manual? “Tengo que ir a que me coloquen”, “a que me quiten con un masaje”…
Ninguna terapia manual, ni material que se utilice para dar masajes (foam roller, pelota, IASTM, etc…) tiene la capacidad de crear cambios en las estructuras ni en los tejidos.
“Liberar la musculatura”, “quitar nudos musculares o adherencias”, “romper tejido cicatrizal”, “recolocar las articulaciones”, “poner las articulaciones en su sitio”, ninguno de estos términos, ni muchos otros similares son correctos ni ciertos.
Nuestros ligamentos, músculos, tendones, huesos, y demás tejidos son MUY RESISTENTES, no les queda otra. Son los encargados de “mantener cada una de nuestras piezas” juntas. Diariamente soportan durante toda nuestra vida grandes cargas, tensión, fuerzas de compresión, tracción, flexión, cizalla, torsión…
¿Cómo unas estructuras diseñadas con estos objetivos van a sufrir el más mínimo cambio en su composición por recibir un masaje durante 30 minutos? El tejido conectivo humano tiene diferentes composiciones, pero ninguno es frágil, ni fácil de cambiar. Da igual si el masaje es con las manos, con los codos, rodillos u otros instrumentos, que te pisen, te retuerzan, o te agiten… ¿qué sería de nosotros como especie si nuestra materia prima, la que nos protege y a través de la que nos relacionamos con el medio externo fuese tan fácil de modificar? No habríamos durado ni dos días, esto no funciona así. NINGUNA TERAPIA MANUAL PUEDE AFECTAR ESTRUCTURALMENTE A LOS TEJIDOS.
¡¡¡ehhhhhh pero un momento!!! Yo salgo del fisio, osteópata, quiropráctico, masajista, y me siento mucho mejor, mi dolor ha disminuido, “me ha crujido y colocado” ¡que lo he notado! Efectivamente es muy probable que cualquier terapia manual provoque en ti cambios en tu sensación y dolor percibido, pero es importante que comprendas que ninguno de estos efectos se debe a cambios en el tejido dañado o lesionado (si es que lo hay).
Como ya hemos visto, el dolor y otras percepciones similares (rigidez, bloqueo) son muy complejas y el sistema nervioso tiene un papel clave en todas ellas. Nuestro cuerpo está repleto de sensores que informan continuamente al cerebro de su estado y posición. Cuando se percibe una amenaza (puede ser real o no dependiendo de si el sistema está funcionando correctamente) el cerebro es informado desencadenando sensaciones de dolor y/o rigidez. La manipulación de los tejidos a través de masaje, punción seca, o cualquier otro tipo de terapia similar, tienen su aplicación por esta vía, modificando la señal hacia el sistema nervioso, pudiendo mejorar estas sensaciones de dolor y/o bloqueo, pero siempre será un cambio en la percepción, con una duración muy limitada, no un verdadero cambio en el tejido.
Todo este tipo de terapias nos ofrecen una VENTANA DE OPORTUNIDAD a través de la relajación, la reducción del miedo y los cambios en la percepción de dolor, para favorecer la realización de ESTRATEGIAS ACTIVAS, que creen una verdadera adaptación en los tejidos. Las terapias pasivas no “arreglan”, ni “recolocan”, ni “quitan”.
Un ejemplo muy común que nos encontramos con el dolor de espalda es el de “profesionales” que nos indican que tenemos las vértebras, o la pelvis “fuera de su lugar”, que están mal alineadas y que te las tiene que colocar. La ciencia ha demostrado que esto no tiene ningún sentido. Tu columna es FUERTE, ¿qué sería de nosotros si nuestras vertebras se moviesen tan fácilmente como para que una persona pueda “recolocarlas” con las manos? La manipulación vertebral no provoca ningún cambio estructural permanente. Pero entonces… ¿por qué la gente se siente tan bien después de que le “coloquen” la espalda? El chasquido que se oye durante la manipulación se debe a un cambio de presiones (cavitación) en las articulaciones de las vértebras. Esta maniobra tiene un efecto analgésico (disminución del dolor) de duración limitada (unos pocos minutos).
La manera correcta de utilizar cualquier técnica cuyos resultados sean una disminución momentánea del dolor, será aprovechar esa VENTANA limitada de tiempo sin dolor para acceder a rangos de movimiento libres de dolor a través de ejercicios que sobrecargaremos progresivamente.
Cualquier terapia manual o similar debe concebirse como un puente hacia la realización de ejercicios libres de dolor. A nuestros cerebros “les gustan” estas técnicas, por lo que disminuyen el dolor en la zona afectada durante unos minutos, oportunidad que debemos aprovechar para realizar EJERCICIOS CON CARGA.
Si te quedas solo en las técnicas manuales, estas invirtiendo mucho en la persona que te da los masajes, pero muy poco en tu recuperación. Chaudhry et al (2008) determinaron la fuerza que debía aplicarse para realizar una deformación de la fascia lata (parte superior lateral de la pierna) y la fascia plantar. Estos investigadores calcularon que para producir una deformación de un 1% se necesitaba ejercer fuerzas de 9075 newton (925 kilos) y 4515 newton (460 kilos) respectivamente. Vaya animalaco/a tiene que ser quién te da los masajes…
Cherkin et al (2011) compararon los resultados de dos tipos diferentes de masajes durante 10 semanas en 400 personas con dolor de espalda. Ambos tipos de masajes fueron impartidos por fisioterapeutas titulados:
-Un grupo de pacientes recibió un “masaje estructural” enfocado en identificar y aliviar los músculos y tejidos así como las “restricciones fasciales” causantes del dolor de espalda. Se utilizaban técnicas para movilizar y estirar las articulaciones y músculos restringidos, equilibrando la musculatura para reducir la “hipertonicidad” (así describen los investigadores el tipo de masaje utilizado, y considero importante esta descripción detallada porque es muy probable que hayas oído o que oigas en un futuro todos estos términos).
-El otro grupo recibió un masaje con “técnicas de relajación sueca” (esencialmente un masaje relajante).
Ambos masajes tuvieron los mismos beneficios sin ninguna diferencia entre ellos, a pesar de que el “masaje estructural” podría concebirse como una terapia más especializada y enfocada en solventar el dolor lumbar. Una de las teorías en cuanto a la eficacia de las terapias manuales en el dolor, es la basada en la mejora de la ansiedad y disminución de sentimientos de estrés y depresión. Esta explicación encajaría perfectamente con los resultados de este estudio, y también con el MODELO BIOPSICOSOCIAL DEL DOLOR que comentamos en la primera parte de este artículo.
RED FLAGS O BANDERAS ROJAS Y DOLOR LUMBAR: Cuándo un dolor lumbar puede ser verdaderamente preocupante
Nombramos las “red flags” o “banderas rojas” previamente en el artículo, cuándo comentamos situaciones en las que una prueba de imagen podría ser necesaria.
Las banderas rojas son síntomas que pueden ser resultado de una afección o patología más grave que el propio dolor de espalda (cáncer, daño en la médula…), y que deben ser examinadas y descartadas en la primera visita al profesional sanitario. Algunos de los síntomas son:
-Incontinencia fecal y/o urinaria
-Tras un accidente, posible fractura vertebral.
-Anestesia-parestesia en “silla de montar” (zona ingle-muslos-glúteo).
-Dolor intenso que no remite, pérdida de peso, historial de cáncer…
Estos casos suelen corresponder a tan solo el 1% de los dolores lumbares. La presencia de banderas rojas no implica necesariamente una afectación más grave, pero es importante que tu médico te evalúe.
CONCLUYENDO…
El 80% de las personas tendrán dolor de espalda en algún momento de su vida. La altísima prevalencia de dolor de espalda entre la población ha desatado un verdadero negocio, en el que con buenas o menos buenas intenciones, todos parecen tener la solución definitiva. Podrías probar a ir cada día de la semana a un profesional diferente, que cada día recibirías un diagnóstico nuevo con su correspondiente tratamiento.
En el negocio del dolor de espalda no faltan objetos curativos como es el caso de “Graston Technique” y su kit compuesto por 6 piezas, destinadas a “raspar” músculos, tendones y fascia, y que puedes adquirir por el módico precio de 2295 dólares. Crothers et al (2016) compararón en 143 participantes la técnica Graston con estas herramientas, frente a una terapia de “ajuste vertebral” y otra terapia simulada (placebo) en pacientes con dolor torácico. En los tres grupos el dolor mejoró de igual manera a los 3, 6 y 12 meses.
(Te pongo una foto del kit en cuestión, por si la próxima vez que vayas a una marisquería no sabes qué hacer con tanto cubierto y te duele algo)
Debemos ser capaces de ver más allá del modelo estructural-biomecánico que explica el dolor únicamente en relación con daño en los tejidos. El dolor es multifactorial, y también es modulado por mecanismos emocionales, mentales y sensoriales dependientes del contexto. Debido a la complejidad del dolor, puede ser aventurada la promesa de que va a desaparecer completamente y para siempre a través de un método concreto.
Las herramientas que nos van a ayudar a manejar nuestro dolor no están en un maletín de Gaston®, descubrimos dos de las más importantes en el próximo artículo…
¡No te lo pierdas!
REFERENCIAS:
Baraki, A. (2016). Aches and Pains. The Aasgaard Company StartingStrength.com
Bialosky JE; Beneciuk JM; Bishop MD. Et al. (2018).Unraveling the Mechanisms of Manual Therapy: Modeling an Approach. J Orthop Sports Phys Ther 2018;48(1):8-18. doi:10.2519/jospt.2018.7476.
Booth, J; Moseley, GL; et al. (2017) Exercise for chronic musculoskeletal pain: A biopsychosocial approach. Musculoskeletal Care. 2017 Dec;15(4):413-421. doi: 10.1002/msc.1191. Epub 2017 Mar 30.
Brinjikji et al. (2015). Systematic literature review of imaging features of spinal degeneration in asymptomatic populations. American Journal of Neuroradiology. Apr 1;36(4):811-816. DOI: 10.3174/ajnr.A4173
Buchbinder, Rachelle et al. Low back pain: a call for action. (2018). The Lancet , Volume 391 , Issue 10137 , 2384 – 2388. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)30488-4
Chaudhry H1, Schleip R, Ji Z, Bukiet B, Maney M, Findley T. (2008). Three-dimensional mathematical model for deformation of human fasciae in manual therapy. J Am Osteopath Assoc. 2008 Aug;108(8):379-90.
Crothers AL, French SD, Hebert JJ, Walker BF. (2016). Spinal manipulative therapy, Graston technique® and placebo for non-specific thoracic spine pain: a randomised controlled trial. Chiropr Man Therap. 2016 May 16;24:16.
Clark, Stephanie et al. Low back pain: a major global challenge. (2018). The Lancet , Volume 391 , Issue 10137 , 2302. DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)30725-6
Daniel C. Cherkin, PhD, Karen J. Sherman, PhD, MPH, et al. (2011). A Comparison of the Effects of 2 Types of Massage and Usual Care on Chronic Low Back Pain: A Randomized, Controlled Trial. Ann Intern Med. 2011 Jul 5; 155(1): 1–9.
Dreisinger, T. (2014). Exercise in the Management of Chronic Back Pain. Ochsner J. Spring; 14(1): 101–107.
Foster, Nadine E, Buchbinder, Rachelle et al. (2018). Prevention and treatment of low back pain: evidence, challenges, and promising directions. The Lancet , Volume 391 , Issue 10137 , 2368 – 2383, DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(18)30489-6
Four-year follow-up of surgical versus non-surgical therapy for chronic low back pain Jens Ivar Brox,1 Øystein P Nygaard,2 Inger Holm,3 Anne Keller,4 Tor Ingebrigtsen,5 Olav Reikerås6. Ann Rheum Dis 2010;69:1643–1648. doi:10.1136/ard.2009.108902
https://barbellrehab.com/hips-out-of-place/
https://barbellrehab.com/truth-spinal-manipulation/
https://lafisioterapia.net/cuando-preocuparte-por-un-dolor-lumbar
https://thesports.physio/2014/11/09/i-hate-manual-therapy/
https://thesports.physio/2017/09/23/20-unpopular-opinions-a-guest-blog-by-lars-avemarie/
Karran EL, Medalian Y, Hillier SL, Moseley GL. 2017. The impact of choosing words carefully: an online investigation into imaging reporting strategies and best practice care for low back pain. PeerJ 5 : e4151 https://doi.org/10.7717/peerj.4151
Michailidou ,C; Butler,N. (2009) Graded Exercise Therapy: A self-help guide for those with chronic fatigue syndrome/myalgic encephalomyelitis. Bart’s and The London NHS Trust.
Ming, Zhong,; Jin Tao; et al. (2017).Incidence of Spontaneous Resorption of Lumbar Disc Herniation: A Meta-Analysis. Pain Physician 2017; 20:E45-E52 • ISSN 2150-1149
Moyer CA, Rounds J, Hannum JW. (2004). A meta-analysis of massage therapy research. Psychol Bull. 2004 Jan;130(1):3- 18
Opeoluwa Ogunlana; Adesola et al. (2015). Catastrophising, pain, and disability in patients with nonspecific low back pain. Hong Kong Physiotherapy Journal. Volume 33, Issue 2, December 2015, Pages 73-79. https://doi.org/10.1016/j.hkpj.2015.03.001
Top Alberta Doctors. (2011). Guideline for the Evidence-Informed Primary Care Management ofLow Back Pain. 2nd edition











