Entrenamiento de fuerza en menores. Parte II
La fuerza: cualidad física básica
Actividades como correr, o practicar diferentes deportes, son habitualmente mejor aceptadas socialmente para niños y adolescentes que el entrenamiento de fuerza, pero es de gran importancia conocer que la FUERZA es la cualidad física básica a partir de la cual mejoran todas las demás, ¿cómo vamos a correr si nuestras piernas no tienen la suficiente fuerza para desplazar nuestro propio cuerpo?
Unos niveles adecuados de fuerza contribuirán a la mejora del rendimiento en diversidad de tareas y habilidades físicas, además de reducir el riesgo de lesión durante la práctica de otros deportes.
Traducido de Faigenbaum et al. Citius, Altius, Fortius: beneficial effects of resistance training for young athletes: Narrative review
Entrenar fuerza en etapas de desarrollo: MUCHO MÁS QUE UNA OPORTUNIDAD PARA INSTAURAR UN HÁBITO
Sabemos que los hábitos instaurados durante los primeros años de vida tienen mayor posibilidad de ser mantenidos para siempre. De la misma forma que los hábitos de leer, o llevar una dieta saludable, tener unos niveles altos de actividad física desde pequeños creará un hábito del que nos podemos beneficiar para siempre. Aquellos niños que cuenten con unos NIVELES DE FUERZA suficientes para desarrollar todas las competencias motrices en sus primeros años de vida, tendrán muchas más posibilidades de seguir progresando en sus habilidades físicas a largo plazo, manteniendo un estilo de vida físicamente activo en la edad adulta.
Pero las ventajas de realizar entrenamiento de fuerza en etapas de desarrollo van mucho más allá, ya que durante los primeros años de vida se producen cambios rápidos en la mielinización del sistema nervioso central. La plasticidad del sistema nervioso en estas edades nos beneficiará a la hora de aprender un idioma, tocar un instrumento, y por supuesto también en el ENTRENAMIENTO. Los estudios remarcan esta etapa como una oportunidad única de establecer, a partir de un correcto programa de entrenamiento de fuerza, una base sólida que nos permitirá desarrollar de manera eficaz nuestra condición física para el resto de nuestra vida y disminuirá el riesgo de lesiones. Los niños parecen experimentar mayores ganancias en el desarrollo de diversas habilidades motoras (saltar, lanzar, correr…) después de realizar un programa de entrenamiento de la fuerza que poblaciones más mayores.
Inactividad física en niños y adolescentes, obesidad infantil, y dinapenia pediátrica:
Alrededor de un 13,9% de los jóvenes españoles de entre 3 y 24 años son obesos, y un 12,9% padece sobrepeso. A este gran problema en la composición corporal de los más jóvenes, que predispone a numerosas enfermedades desde sus primeros años de vida, debemos sumarle las tasas de sedentarismo infantil que no dejan de crecer. Las recomendaciones generales para niños y adolescentes son acumular 60 minutos diarios de actividades moderadas-vigorosas. Los datos nos indican que no se están cumpliendo (solo un 10% de la población preadolescente alcanza dicho mínimo), lo que favorece que las cifras de sobrepeso-obesidad infantil sigan en aumento.
Las causas de esta inactividad son multifactoriales, pero unos bajos niveles de condición neuromuscular y habilidades motrices durante los primeros años de vida se postulan como factores muy influyentes. Las últimas investigaciones hacen énfasis en la importancia de centrarnos no solo en la cantidad de movimiento (hasta ahora 60 minutos), si no en la CALIDAD de movimiento, invirtiendo este tiempo en las actividades que más nos puedan beneficiar desde el punto de vista de la salud, entre las cuales el entrenamiento de fuerza debería tener cabida siempre.
Muy relacionada con el problema del sobrepeso-obesidad infantil, y fruto también de la sociedad sedentaria actual, ha aparecido un nuevo término denominado “dinapenia pediátrica”, referido a niveles bajos de fuerza y potencia en edades infantiles que no son consecuencia de ninguna enfermedad. La dinapenia pediátrica no solo aumentará el riesgo de lesión cuando los niños practiquen distintos tipos de actividades y deportes para las cuales su sistema musculo-esquelético no está preparado, sino que además provocará limitaciones en las capacidades y habilidades motrices que pueden desencadenar que el niño cada vez se mueva menos, entrando en un círculo vicioso: el niño no se siente preparado para moverse, cada vez se mueve menos, y esto a su vez provoca que sus limitaciones y su inactividad vayan aumentando concomindantemente.
Esta circunstancia aumentará el riesgo, entre otras patologías, de sobrepeso y obesidad. Se ha observado en numerosos estudios como los niños con sobrepeso presentan menos habilidades motrices que niños con normopeso, lo que hace que practiquen menos actividad física, y por lo tanto no lleguen a los niveles mínimos recomendados, empeorando aún más su condición.
Extraido de Chulvi-Medrano, Faigenbaum, Cortell-Tormo. Can resistance training to prevent and control pediatric dynapenia?
Nos encontramos una situación en la que se unen un estilo de vida sedentario junto al sobrepeso/obesidad, en la que la dinapenia pediátrica (bajos niveles de fuerza y de potencia muscular) parece ser una de las principales barreras a la hora hacer ejercicio físico.
Mediante el entrenamiento de fuerza, conseguiremos compensar este déficit de fuerza y potencia, aumentando los niveles de fuerza muscular, que como hemos visto anteriormente, son la base del resto de componentes del “fitness pediátrico” (velocidad y agilidad, resistencia, habilidades y patrones motrices, equilibrio y flexibilidad). Conseguiremos así aumentar los niveles de actividad física, y mejorar el perfil de salud y el perfil metábolico (esencial en la lucha contra la obesidad).
Con el objetivo de la perdida de grasa, el entrenamiento de fuerza presenta adaptaciones únicas, no obtenidas a través del entrenamiento aeróbico, que hacen determinante su inclusión. Los niños con obesidad presentarán además un perfil fisiológico alterado que complica la intervención combinada de ejercicio y nutrición, y que sitúa al entrenamiento de fuerza como el eje central del programa de ejercicio.
Beneficios del entrenamiento de fuerza en niños y adolescentes
-Mejora del perfil de riesgo cardio-metabólico.
-Facilita el control del peso corporal.
-Fortalece los huesos.
-Mejora la salud psicosocial
-Mejora el control motor y habilidades motrices.
-Reduce el riesgo de lesión en otras actividades deportivas.
Recomendaciones de actividad física para menores de 5 a 17 años MINSTERIO DE SANIDAD, CONSUMO Y BIENESTAR SOCIAL (ESPAÑA):
-Realizar al menos 60 minutos (1 hora) al día de actividad física moderada a vigorosa.
-Incluir, al menos 3 días a la semana:
oActividades de intensidad vigorosa
o Actividades de fortalecimiento muscular y de mejora de la masa ósea que incluyan grandes grupos musculares.
-Reducir los periodos sedentarios prolongados.
Concluyendo… ¡LOS MENORES DEBEN ENTRENAR FUERZA!
Los beneficios del entrenamiento de fuerza en la salud de niños y adolescentes han sido ampliamente demostrados por la evidencia científica durante los últimos 15 años. Todas las organizaciones mundiales y nacionales referencia en el ámbito de la actividad física y la salud incluyen el entrenamiento de fuerza entre sus recomendaciones.
Esta etapa de la vida reúne características únicas que la convierten en una ventana de oportunidad para mejorar la densidad mineral ósea y beneficiarnos del elevado grado de plasticidad en el desarrollo neuromuscular. El entrenamiento de fuerza debe ser el pilar básico de los programas de ejercicio para niños y adolescentes, con los objetivos de mejorar sus habilidades motrices, combatir la inactividad y todos sus problemas asociados, como la dinapenia pediátrica y el sobrepeso-obesidad infantil.
Establecer habilidades y competencias motrices y aumentar nuestros niveles de fuerza cuando somos más jóvenes nos proporcionará una base inmejorable para continuar cuidando nuestra salud y mejorando nuestra condición física el resto de nuestra vida.
REFERENCIAS:
Chulvi-Medrano, Faigenbaum, Cortell-Tormo. (2018). Can resistance training to prevent and control pediatric dynapenia? Federación Española de Asociaciones de Docentes de Educación Física (FEADEF)
Faigenbaum, A; McFarland, J. (2016). RESISTANCE TRAINING FOR KIDS: Right from the Start. ACSM’s Health & Fitness Journal September/October 2016
Faigenbaum,A; Lloyd, R, et al. (2015). Citius, Altius, Fortius: beneficial effects of resistance training for young athletes: Narrative review. Br J Sports Med 2016;50:3–7.
Actividad física para la salud y reducción del sedentarismo. Recomendaciones para la población. ESTRATEGIA DE PROMOCIÓN DE LA SALUD Y PREVENCIÓN EN EL SNS. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.











