LOS ABDOMINALES HIPOPRESIVOS ¿MÁS ALLÁ DE UNA SIMPLE MODA?
El mejor
entrenamiento contra la incontinencia urinaria, disminuyen los dolores de
espalda, previenen hernias, mejoran el rendimiento deportivo, indispensables
durante la etapa post parto, reducen la cintura, aumentan el metabolismo, ¿curarán
el coronavirus?… ¡¡¡valen para todo!!!
Confiando en la ética profesional de los que trabajamos con la salud de las personas, rechazo la idea del negocio y marketing que acompaña al método hipopresivo, y creo que el principal fallo detrás de su recomendación indiscriminada viene simplemente de una falta de ACTUALIZACIÓN Y RIGUROSIDAD CIENTÍFICA en la metodología de trabajo, toma de decisiones y comunicación con nuestros clientes o pacientes.
A continuación repasaremos qué nos dice la ciencia sobre el método hipopresivo, y si alguno de estos supuestos beneficios tienen un respaldo científico lo suficientemente amplio como para defender y recomendar con tanta rotundidad su práctica en distintos objetivos relacionados con la salud, la estética y el rendimiento.
Entrenamiento del suelo pélvico: prevención y tratamiento
En el ámbito de las disfunciones de suelo pélvico, así como durante la etapa postparto, los abdominales hipopresivos han adquirido mucha popularidad en los últimos años, pareciendo incluso más efectivos que otro tipo de intervenciones, como los famosos ejercicios de Kegel. ¿Qué nos dice la ciencia?
· Los ejercicios de Kegel
En el entrenamiento del suelo pélvico seguro que alguna vez has oído hablar de los “ejercicios de Kegel”. Estos ejercicios han sido objeto de numerosas investigaciones, contando actualmente con nivel de evidencia 1A para la prevención y tratamiento de disfunciones del suelo pélvico, incontinencia urinaria y prolapso (Martín-Rodríguez & Bø, 2017).
Dentro de la investigación científica, los niveles de evidencia nos permiten localizar los estudios de alta calidad respecto a los de calidad menor. El nivel 1A, atribuido a los ejercicios de Kegel en el tratamiento de disfunciones del suelo pélvico, representa que EL MAS ALTO GRADO DE NIVEL DE EVIDENCIA prueba su efectividad.
· Método hipopresivo (gimnasia abdominal hipopresiva)
Por otro lado, los populares hipopresivos, nacen de la mano de Marcel Caufriez en los años 80. Caufriez afirma que a través de sus técnicas, se produce una relajación del diafragma que disminuye la presión intra-abdominal, y activa la musculatura del abdomen y suelo pélvico. Esta activación refleja produciría el fortalecimiento de las fibras tipo I (fibras de contracción lenta), encargadas del tono abdominal y del suelo pélvico (Caufriez, 2008 citado por Ruiz, 2018). Así, el trabajo hipopresivo conllevaría un aumento del tono del suelo pélvico y faja abdominal reduciendo el riesgo de incontinencia urinaria y prolapso (Caufriez, 2010 citado por Heredia, 2011).
KEGEL VS HIPOPRESIVOS
Conocemos que los ejercicios de Kegel están respaldados con el más alto nivel de evidencia científica como los ejercicios más efectivos para el entrenamiento del suelo pélvico, pero aun así, parecería que los ejercicios hipopresivos suenan con más fuerza en los últimos tiempos… ¿Por qué? Indaguemos más detenidamente en la literatura disponible:
En 2018, Ruiz publicó una revisión sistemática donde se propuso responder a esta cuestión, comparando los ejercicios de Kegel frente a los hipopresivos en la mejora de la función del suelo pélvico y la prevención y rehabilitación de problemas de incontinencia urinaria y prolapso.
El autor concluye que la evidencia científica actual no respalda los hipopresivos en ninguna de estas problemáticas . En cambio los ejercicios de Kegel deben constituir la primera línea de tratamiento en la prevención y tratamiento de disfunciones en el suelo pélvico en cualquier periodo de la vida de la mujer, incluyendo el embarazo y el postparto (etapas especialmente críticas para esta musculatura debido a la sobrecarga y elongación de los tejidos).
Además el autor incluye en su revisión investigaciones donde la combinación de ejercicios hipopresivos con ejercicios de Kegel tradicionales no resultaron en mayores beneficios que la realización únicamente de ejercicios de Kegel.
Los resultados de los estudios evaluando el entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico indican que una contracción voluntaria de la zona sería mucho más efectiva y recomendable en disfunciones del suelo pélvico que la contracción involuntaria o refleja que provocan los abdominales hipopresivos (Ruiz, 2018). Los practicantes y seguidores del método hipopresivo, atribuyen la falta de resultados positivos a una mala ejecución de las técnicas hipopresivas, y resaltan la necesidad de instructores especializados en técnica hipopresiva para su práctica.
Por lo tanto, tal y como concluyen Rodriguez & Bø (2018), imaginemos una balanza para comparar ambas técnicas.
-En un lado de la balanza tendríamos los ejercicios de Kegel, de fácil acceso, sencillos de aprender, respaldados con el más alto nivel de evidencia científica 1A, y asociados a un coste económico muy bajo (como podría ser la compra de algunos implementos útiles para su práctica).
-En el otro lado de la balanza los ejercicios hipopresivos, sin evidencia científica demostrable, pero que según los seguidores del método, en la práctica clínica reportan grandes resultados, para lo que es necesario que sean dirigidos por un instructor especializado (aumentando su coste económico y dificultando el acceso a su práctica).
La evidencia científica actual concluye con claridad que LOS EJERCICIOS DE KEGEL, y no los ejercicios hipopresivos, DEBEN CONSTITUIR LA PRIMERA LÍNEA DE TRATAMIENTO EN LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE DISFUNCIONES EN EL SUELO PÉLVICO.
¿Y qué pasa con los demás beneficios de los hipopresivos?
En la introducción de este artículo nombrábamos algunos de los otros muchos beneficios que se atribuyen a los abdominales hipopresivos.
Del mismo modo que para resolver nuestras dudas acerca de los hipopresivos y las disfunciones de suelo pélvico disponemos de literatura para exponer y sacar conclusiones sólidas (tal y como hemos hecho en el apartado anterior), este no es el caso de otros beneficios atribuidos a los abdominales hipopresivos.
Estas afirmaciones están basadas en opiniones y experiencias, trabajos presentados en congresos, libros del propio método sin validez científica, ensayos de baja calidad, y publicaciones en blogs y revistas que no cumplen los criterios de rigor científico (Heredia et al, 2015; Martin-Rodriguez & Bo, 2018).
Tras la revisión de la literatura disponible, podemos concluir que actualmente, 40 años después de la aparición del método hipopresivo, no existe evidencia científica que respalde ninguno de los beneficios citados en la introducción de este artículo.
Pero a mi me han dicho que tengo que lo mejor es entrenar el abdomen en “hipopresión”
Los seguidores del método hipopresivo demonizan el aumento de la presión abdominal y la relacionan con disfunción del suelo pélvico, incontinencia urinania y riesgo de prolapso, por esta razón abogan por el “trabajo abdominal” en una supuesta “hipopresión”.
Para entender que argumentos puede existir detrás de esta supuesta necesidad de trabajar el abdomen en “hipopresión”, comencemos por conocer que es el suelo pélvico y cuáles son sus funciones:
El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que “cierra” la parte inferior de la pelvis. Entre sus funciones destacan:
-La continencia de esfínteres: contrayendo y relajando los esfinteres (tanto conteniendo la orina y las heces como permitiendo su evacuación cuando toca)
-La función de sostén de diferentes órganos (vejiga, útero…).
Conociendo las funciones del suelo pélvico, podemos hacernos una idea de algunos de los problemas que pueden aparecer cuando existe una disfunción, tales como pérdidas de orina o prolapsos (descenso de los órganos).
Una forma muy ilustrativa de imaginar el suelo pélvico es como si fuese una “tapa”. El hecho de que aumente la presión intra-abdominal, aumentará la presión también en la tapa, que si no es lo suficientemente resistente se abrirá, pudiendo ocasionar problemas como los anteriormente mencionados. Para evitar esto, la idea de los hipopresivos es un supuesto trabajo en “hipopresión” que no “presione la tapa” para que así no se abra. ¿Tiene esto sentido? Reflexionemos sobre algunas cuestiones importantes:
-La presión intra-abdominal aumenta no solo con el trabajo directo de la zona del abdomen, si no con cualquier actividad, incluso toser, estornudar, reírnos… Por lo tanto, si estamos expuestas constantemente a aumentos en la presión intra-abdominal deberíamos plantearnos si un entrenamiento supuestamente “hipopresivo” nos prepara y tiene la mejor transferencia a nuestro día a día.
- El aumento de la presión intra-abdominal en mujeres sanas provoca una contracción refleja de la musculatura del suelo pélvico por lo que no supone un problema . “La tapa” esta preparada para cerrarse lo suficientemente fuerte para evitar la salida de orina o cualquiera de los problemas anteriormente mencionados) (Sapsford & Hodges, 2001).
-Los datos de incontinencia urinaria vistos en atletas de élite de algunas disciplinas no puede extrapolarse a la práctica de ejercicio físico recreacional, que aunque incluya actividades donde se produzcan elevados incrementos de la presión intra-abdominal, no resultan en disfunción del suelo pélvico (Ruiz, 2018).
Por lo tanto, la necesidad de entrenar la musculatura abdominal en “hipopresión” es una afirmación alarmista y carente de evidencia científica.
¿Y que pasa con eso de meter el ombligo hacia dentro? ¿Debo intentar “hundir el ombligo hacia la columna” mientras realizo ejercicio?
Sin querer entrar en mucho detalle por no desviarnos del tema que tratamos en este artículo, únicamente quiero comentar por encima la maniobra de “meter el ombligo”, llevándolo hacia la columna, que no es exclusiva del método hipopresivo, sino que también se utiliza en otras metodologías como pilates.
Esta maniobra se demonina “hollowing”, y tiene como objetivo principal una activación selectiva del transverso abdominal, músculo que pertenece a la musculatura profunda abdominal y participa en la estabilización de la columna.
Aunque hayas podido oír la recomendación de “meter el ombligo” cuando haces un ejercicio para así aumentar la estabilidad de la columna, sabemos que esta afirmación no solo no es correcta, sino que incluso provoca el efecto contrario. La estabilidad de la columna depende de TODA la musculatura implicada , no solo del transverso abdominal.
Para conseguir la activación de toda la musculatura, realizamos una maniobra denominada “bracing” (McGill, 2015). Para ello, coloca tus dedos en los laterales de tu abdomen, contrae la musculatura del abdomen de tal forma que empujes los dedos hacia fuera con la contracción (“aprieta el abdomen como si fueses a recibir un puñetazo”).
Esta acción de BRACING es la que deberías realizar en tus entrenamientos durante tus ejercicios, NO hundir el ombligo. Esta contracción será relativa a la demanda de estabilización de la tarea, por ejemplo un 5% de la máxima contracción posible será suficiente para tareas sencillas de la vida diaria, mientras que si estamos trabajando un ejercicio en el gimnasio con carga elevada, la necesidad de contracción será mucho mayor. Dedicaremos un artículo en el futuro a explicar más extensamente la maniobra de bracing abdominal.
REFLEXIONES FINALES:
Esto no es más que un breve análisis de lo que actualmente podemos afirmar respecto al método hipopresivo. No pretende ser un ataque, sino un artículo para reflexionar sobre los criterios que adoptamos para elegir unas herramientas sobre otras en el abordaje de las necesidades de nuestros clientes. En los próximos años esperemos encontrar nuevos estudios que acompañen y verifiquen todos aquellos beneficios que al parecer se les otorgan en la práctica clínica. En ese caso, nosotros los entrenadores, seremos los primeros beneficiados, pues contaremos con una nueva herramienta eficaz en objetivos muy frecuentes de nuestros entrenados y entrenadas. Hasta entonces, creo que hay que ser MUY prudentes respecto a la gimnasia abdominal hipopresiva y su recomendación y aplicación PARA TODO Y TODOS.
Trabajamos con personas que CONFIAN en sus entrenadores, fisioterapeutas y médicos. Es nuestra RESPONSABILIDAD mantenernos constantemente actualizados con información rigurosa y de calidad. El marketing no debería guiar nunca nuestras decisiones.
REFERENCIAS:
Juan Ramón Heredia Elvar, Felipe Isidro
Donate, Fernando Mata, Susana Moral y Marzo Edir Da Silva
Grigoletto(2011). Revisión de Tendencias en el Entrenamiento Saludable de
la Musculatura de la Zona Media (CORE): La Gimnasia Abdominal Hipopresiva® y el
Método Pilates®. PubliCE. 0
https://g-se.com/revision-de-tendencias-en-el-entrenamiento-saludable-de-la-musculatura-de-la-zona-m...
Martín-Rodríguez S, Bø K. (2017). Is abdominal hypopressive technique effective in the prevention and treatment of pelvic floor dysfunction? Marketing or evidence from highquality clinical trials?. Br J Sports Med
Martín-Rodríguez S, Bø K. (2018). The on-going debate about the usefulness of abdominal hypopressive technique on pelvic floor dysfunction: Evidence or evidence, there is no room for speculation.BJSM
McGill, S. M. (2015). Low back disorders: evidence-based prevention and rehabilitation. Human Kinetics.
Ruiz de Viñaspre Hernández, R. (2018). Efficacy of hypopressive abdominal gymnastics in rehabilitating the pelvic floor of women: A systematic review. Actas Urológicas Españolas (English Edition). doi:10.1016/j.acuroe.2018.09.001
Sapsford, R. Hodges, P. (2001). Contraction of the pelvic floor muscles during abdominal maneuvers. Aug;82(8):1081-8.











